Durante la última década, la realidad virtual ha sido aclamada como "de vanguardia" y como tecnología "imprescindible" para todos los centros de simulación médica. Los simuladores de laparoscopia que cuestan millones prometían resultados increíbles en la formación de cirujanos con procedimientos realistas, retroalimentación háptica y modelos 3D realistas. Muchos centros de simulación y hospitales de todo el mundo solicitaron estos dispositivos solo para descubrir que sus capacidades de capacitación son bastante limitadas y poco prácticas cuando se usan a largo plazo con estudiantes. 15 años después, los cirujanos laparoscópicos están de acuerdo en los inmensos inconvenientes de tales soluciones: simplemente son inadecuadas para realizar pruebas y para preparar a un mayor número de cirujanos jóvenes para el quirófano. Sus capacidades son limitadas en tamaño y alcance y carecen del apoyo técnico y el desarrollo activo de ejercicios y programas.
Por el precio de un solo simulador de realidad virtual, se podría equipar todo un centro de simulación médica con diversos instructores de laparoscopia y soluciones de formación de todos los niveles. Por otro lado, los entrenadores de laparoscopia básicos de bajo precio también pueden tener capacidades limitadas. Los estudiantes pueden desarrollar habilidades prácticas y pueden obtener una comprensión adecuada de las fuerzas y propiedades físicas de estos dispositivos de baja fidelidad, pero eso solo puede llegar hasta cierto punto. Dichos instructores no pueden simular de manera realista procedimientos completos como apendicectomías y colecistectomías. No cuentan con capacidades analíticas o de puntuación y, lo que es más importante, no pueden enseñar mucho sin la supervisión directa de cirujanos laparoscópicos calificados.